Este experimento tuvo bastante duración en nuestras clases de química, consistía
en esto:
Las laboratoristas nos brindaban un soporte universal, unas pinzas de 3 dedos
(para sostener la lata), unas pinzas (para sostener la muestra de alimentos),
un termómetro, una probeta, un mechero de bunsen, una manguera y gas para hacer
la combustión del mechero y poder crear fuego.
Nosotros, por nuestra parte, llevamos muestras de alimentos,
como: Una lata, pan, tortilla, nueces, tocino, cacahuates y carne; todos,
obviamente secos para que se pueda crear la combustión.
El objetivo de este experimento, fue mostrarnos que cantidad
de energía tienen los alimentos en la dieta básica del mexicano promedio. Y se llevó
a cabo de la siguiente manera: Montábamos las pinzas de tres dedos en el
soporte universal, en estas colocábamos un corcho y con este atorábamos el termómetro
y llenábamos la lata con ayuda de la probeta, e igual, la posicionábamos en las
pinzas de tres dedos. Tomábamos una muestra de 4 g de cada alimento con las
pinzas, y la acercamos al fuego del mechero y la llevamos a la parte inferior
de la lata como si con la muestra del alimento, para calentar el agua hasta que
el alimento quedase carbonizado.
Tomábamos temperatura inicial y temperatura final del agua, ∆T
y el tiempo en el que se consumía el alimento.
Podemos apreciar que los alimentos con una cantidad de energía mayor tardan mucho tiempo en llegar a calidad de carbón, son las nueces y los cacahuates. Y los que menos energía tienen son las carnes por la cantidad enorme de grasas.
Sin duda, uno de los experimentos más largos y más
laboriosos que hemos hecho en química II.
Aquí, tenemos a nuestro compañero Abraham Ramirez quemando un cacahuate